La cara A de la evidencia es que el paro de quince minutos, entre las 12:00 y las 12:15 horas, convocado el 8 de marzo con motivo del Día de la Mujer en Ceuta fue masivo en la Administración pública y desigual en el sector privado, como bien titulaba El Faro de Ceuta.
Palacio de la Asamblea / Ayuntamiento
Hospital Universitario de Ceuta
Edificio sindical
La cara B es que no debemos engañarnos ni dejarnos llevar por el falso entusiasmo o el tradicional consuelo del "Bueno, no ha estado mal. Ha venido gente". La Concentración convocada a las 18:00 horas, en la Plaza de los Reyes, estuvo lejos de ser masiva, pese a la campaña informativa desplegada durante las semanas previas, pese al insistente recordatorio de que el 8 de marzo nos encontrábamos ante una jornada histórica en que, por vez primera, el día de la Mujer se enfocaba, en palabras de Pepe Álvarez, Secretario General de UGT, como una acción para llegar a la conciencia colectiva de que la sociedad necesita dar un paso adelante en el compromiso con la mujer, tanto por parte de trabajadores como de las empresas, un 8 de marzo en que todas y todos lucháramos por una sociedad igualitaria, que no discrimine y no perjudique a las mujeres, donde hiciéramos un frente común para acabar con el machismo en una sociedad que lo ha potenciado durante años y que lo sigue haciendo. En definitiva, una jornada en que la mujer fuera protagonista y reivindicara su posición en la sociedad.
La asistencia fue justita, la Plaza de los Reyes estuvo lejos de llenarse. Casi podría decirse que volvimos encontrarnos los mismos rostros de siempre en ese punto donde se realizan las reivindicaciones en esta ciudad. Ceuta estuvo lejos, muy lejos, del éxito que conocieron las concentraciones y manifestaciones convocadas en todo el país. Y otra vez volvió esa sensación de suspensión en el tiempo, de vivir en una sociedad anestesiada, donde nunca pasa nada, capaz de indignarse todos a una cuando la presentadora de un programa-basura de televisión cuestiona la españolidad de esta ciudad, pero de no secundar también, todos a una, una causa histórica, justa, necesaria, donde las mujeres se quieren Vivas, Libres y Unidas, y necesitábamos festejarlo, gritarlo, reivindicarlo, certirficarlo junto a ellas.
Hacer patria no solo significa acudir masivamente, por poner un ejemplo, a un acto civil de jura de bandera o a un desfile militar. Tampoco lo es, ni mucho menos, cuando salta la alarma de la inseguridad ciudadana y se llena una plaza para demonizar a ciertos colectivos. No. Hacer patria es implicarse, mojarse, luchar, reivindicar, comprometerse, solidarizarse con problemáticas sociales, reales, que nos afectan a todas y a todos, como el paro, la precariedad laboral, las pensiones, el gravísimo retroceso de las libertades, la corrupción y el menoscabo del Estado del bienestar, con los daños causados a la Educación, la Sanidad o la Justicia, imprescindibles no solo para nuestro presente sino también para el futuro.
Y, por supuesto, hacer patria o, mejor aún, una sociedad más justa e igualitaria, es implicarse, mojarse, luchar, reivindicar, comprometerse, solidarizarse con la causa de la Mujer. Las razones para ello las hemos expuesto, las hemos difundido, las hemos compartido en artículos, estudios, realidades que visibilizan las discriminaciones que sufren las mujeres no solo a la hora de acceder al mercado de trabajo, sino también una vez que se integran en el mismo; el hecho negativo para su desarrollo profesional y en sus cotizaciones de cara a la jubilación por asumir mayoritariamente el cuidado de hijos y familiares acogiéndose a permisos, reducciones de jornada y excedencias; y, por supuesto, la insoportable lacra de la violencia de género y la invisible y silenciada situación del acoso sexual en el ámbito del trabajo.
Sin embargo, que la Concentración no fuera masiva no debe hacernos caer en el pesimismo, mucho menos en la renuncia. Es cierto que no abundaron las personas mayores, las abuelas, en la Plaza de los Reyes el 8 de marzo, pero sí resultó abrumadora -junto a personas de mediana edad- la presencia de la savia nueva que conformará el futuro de Ceuta: las jóvenes, los jóvenes. Ellas y ellos, con su ejemplo, nos están diciendo que no tiremos jamás la toalla, que es necesario comprometerse, despertar, que son el futuro, que son el ejemplo donde mirarse nuestras hijas e hijos.
Hay esperanza. La habrá... Y en cuantas convocatorias, manifestaciones y concentraciones donde la causa sea justa, necesaria y sirva para construir una sociedad mejor, más justa e igualitaria allí estaremos.
Reflexión personal de Rafael Morata Cantón, Secretario de Comunicación e Imagen de FeSP-UGT Ceuta
En la Concentración de la Plaza de los Reyes por el Día de la Mujer hubo hueco para visibilizar tantas y tantas causas por las que luchar y movilizarse...
La violencia machista
La igualdad
Una frontera digna: recuerdo y justicia por las porteadoras muertas
Y aquí, sendos recorridos, cámara en mano, entre las convocadas y convocados en Plaza de los Reyes el 8 de marzo...
Una muestra de algunas pancartas que pudimos ver en la histórica jornada...
Finalmente, no olvidemos que el 8M de 2018 no puede quedarse en flor de un día: los 365 que conforman el año deben ser también Día de la Mujer. No encontramos otra forma de concluir esta crónica con la viñeta de Malagón, a quien agradecemos su permiso para poder utilizarla, e invitándote a que cliques en la siguiente galería de fotos
Viñeta de Malagón en Yahoo España